Donald Trump ganó con holgura este martes las primarias republicanas de Míchigan, pero unas horas después ha encajado una seria derrota en su intento de frenar el pago de la multa de 355 millones de dólares que un juez de Nueva York le impuso la semana pasada por fraude continuado en sus negocios. Con intereses, el candidato republicano a las presidenciales de noviembre adeuda ya 454,2 millones, dado que la multa se incrementa a razón de 112.000 dólares al día. Pero, según un auto provisional dictado hoy, el expresidente debe aportar la totalidad en concepto de fianza, y no los escasos cien millones que ha presentado para intentar parar el contador, aun provisionalmente.
Dado que la mayor parte de su fortuna consiste en bienes raíces, su liquidez es limitada, y el expresidente se plantea vender algunas de sus propiedades para afrontar el pago. O bien recurrir a socios y simpatizantes, como bancos e inversores extranjeros en Emiratos Árabes Unidos (EAU) y Arabia Saudí, amigos multimillonarios en EE UU y algunos bancos no registrados en Nueva York, que se citan como los más probables prestamistas. Los buenos oficios de su yerno, Jared Kuhsner, en las petromonarquías del Golfo -fue el artífice de los llamados Acuerdos de Abraham- le resultarían ahora de gran ayuda si finalmente debe endeudarse para salir del trance legal. Sus desorbitados gastos legales también le han restado capacidad financiera.
La decisión del juez asociado Anil Singh, de la División de Apelaciones de Nueva York, aún debe ser confirmada por el tribunal de apelaciones estatal. Pese al varapalo pecuniario, Singh sí accedió a la petición de Trump de que se suspendiera parcialmente la decisión del juez de prohibirle dirigir cualquier sociedad en Nueva York o solicitar préstamos a los bancos del estado durante tres años.
Así pues, el contador de la millonaria multa por fraude civil -por exagerar su patrimonio neto y el valor de sus bienes raíces para engañar a los prestamistas durante una década-, sigue activo, y el republicano dispone de un plazo de sólo 30 días para satisfacer la fianza. Si se confirma la insolvencia -la falta de liquidez, mejor dicho- de Trump, las autoridades podrían embargar parte de sus bienes, como anunció la semana pasada la fiscal general de Nueva York, la demócrata Letitia James, cuyo equipo instruyó la causa. Al haberse tratado de un proceso civil, ni Trump ni sus hijos, también condenados, afrontaban penas de cárcel.
El fallo de este miércoles también permitirá a Donald Trump Jr. y Eric Trump, sus hijos mayores, seguir dirigiendo la empresa familiar, aunque cada uno tendrá que depositar más de cuatro millones de dólares o asegurar una fianza por esa cantidad para seguir adelante con sus propias apelaciones.
La oficina de la fiscal James considera que nada impide a Trump obtener una fianza de una aseguradora, aunque uno de los abogados del magnate sostiene que los bonos requieren dinero en efectivo y ese es el mayor hándicap. El plazo de 30 días para que Trump satisfaga la fianza comenzó el 23 de febrero, por lo que tendrá que pagar antes del 25 de marzo, justo cuando comienza la selección del jurado para otro juicio, en este caso penal, por el caso Stormy Daniels, el pago de un soborno a una actriz porno para comprar su silencio acerca de una aventura extramatrimonial antes de las elecciones de 2016. Igual que en el resto de juicios que tiene pendientes, otros tres penales y dos civiles, entre ellos el de fraude empresarial, Trump se ha declarado inocente.
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