Todo aquel que quiera convertirse en ciudadano alemán y resida en Sajonia-Anhalt, uno de los Estados que formaron la antigua Alemania Oriental, deberá firmar un documento que reconozca expresamente “el derecho a existir de Israel”. Así lo ha anunciado el Ministerio del Interior de este land gobernado por los democristianos de la CDU en coalición con los socialdemócratas y los liberales, que ya ha aprobado y enviado a todas las autoridades locales del Estado el decreto que lo contempla.
Hasta ahora ya era posible denegar la naturalización a un solicitante de la ciudadanía alemana que llevara a cabo actividades que atentan contra el orden democrático, pero ahora Sajonia-Anhalt se dispone a incluir explícitamente los delitos de carácter antisemita e incluso la negación del derecho a existir de Israel. El decreto llega en un momento de claro giro a la derecha en Alemania, con el partido ultraderechista AfD y su discurso duro antinmigración subiendo en las encuestas y con el endurecimiento de las políticas migratorias anunciado por el canciller Olaf Scholz, que ha prometido deportar en masa a los solicitantes de asilo rechazados.
El decreto establece que el derecho a existir de Israel es una razón de Estado para Alemania y que en caso de que los solicitantes de la ciudadanía se nieguen a firmar la declaración “no se expedirá el certificado de naturalización”. La norma sugiere incluso cómo debe redactarse el texto que se dará a firmar a los extranjeros que quieran convertirse en ciudadanos alemanes: “Reconozco expresamente la responsabilidad especial de Alemania para con el Estado de Israel y el derecho de Israel a existir, y condeno todo empeño antisemita”.
La ministra del Interior de Sajonia-Anhalt, Tamara Zieschang, apeló a los otros 15 Estados federados para que implementen medidas similares en declaraciones previas a una reunión con sus homólogos de otros länder este miércoles. “La seguridad de Israel y la protección de la vida judía en Alemania es una razón de Estado alemana y una obligación compartida. Cualquiera que venga a nuestro país y busque aquí protección debe reconocerlo sin peros”, aseguró en una entrevista con el diario Der Tagesspiegel.
Para entender la medida, que ya está generando las primeras dudas sobre su constitucionalidad, es importante conocer el contexto. Sajonia-Anhalt es uno de los Estados federados en los que AfD (Alternativa para Alemania) obtendría mejores resultados de celebrarse elecciones ahora. Una encuesta publicada este miércoles por el semanario Der Spiegel muestra que AfD está muy por delante de la CDU en intención de voto en todo el territorio del antiguo Estado comunista de Alemania Oriental, con el 32% de apoyos (la CDU obtendría el 24%). Hasta ahora nunca había sucedido que la formación de extrema derecha resultara ganadora en uno de los 16 Estados federados alemanes, pero eso podría cambiar en septiembre del año que viene, cuando se celebran comicios en tres länder orientales: Sajonia, Turingia y Brandeburgo.
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En Sajonia-Anhalt se sitúa el municipio que este año ha votado por primera vez a un alcalde de ultraderecha, Hannes Loth, para gestionar la pequeña ciudad de Raguhn-Jeßnitz. Y allí la Oficina para la Protección de la Constitución (los servicios secretos internos alemanes) ha clasificado recientemente a la rama regional de AfD como “con seguridad extremista” después de mantenerla bajo vigilancia como caso sospechoso desde 2021. Desde entonces se ha radicalizado todavía más en un land que tiene uno de los porcentajes más bajos de población inmigrante de toda Alemania, apenas un 7,3%.
Aunque la Ley de Ciudadanía regula el proceso de nacionalización a escala federal, “como ocurre con todas las leyes en Alemania, los Estados son responsables de hacer cumplir las leyes y, por lo tanto, tienen algo de margen para desviarse dentro de ciertos límites”, explica Mahir Tokatli, experto en sistemas políticos del Instituto de Ciencias Políticas de la Universidad de Aquisgrán. Sajonia-Anhalt, por tanto, es competente para introducir particularidades en la ley, pero los tribunales podrían tumbar más adelante el decreto.
El experto señala que, aunque el derecho a existir de Israel sea razón de Estado en Alemania, “no deja de ser una posición política”: “Habría que distinguir entre la razón de Estado y la opinión de una persona individual, sobre todo porque el artículo 5 [de la Ley Fundamental alemana] garantiza la libertad de opinión”. Desde un punto de vista jurídico, asegura, “hay más argumentos en contra que a favor, por lo que difícilmente se sostendría en un tribunal”. Y añade que se produce “una desigualdad de trato”, no solo entre quienes quieren convertirse en ciudadanos alemanes en los distintos Estados federados, “sino también entre los ciudadanos naturalizados y los alemanes de nacimiento”.
La CDU llevaba tiempo reclamando que la ley federal que regula la concesión de la ciudadanía incluyera una declaración de este tipo, pero con el conflicto entre Israel y Hamás la petición se ha hecho más urgente. El líder de la oposición, el conservador Friedrich Merz, exigió hace unas semanas al Gobierno de coalición de socialdemócratas, verdes y liberales que aprovechara la reforma de la ley de ciudadanía para añadir este compromiso. “Quien no lo firme, no tiene sitio en Alemania”, aseguró.
La propuesta de Merz no fue bien recibida en el resto de partidos. Dirigentes de los verdes y del SPD señalaron que directamente es innecesaria, puesto que ya se prohíbe obtener la ciudadanía a cualquiera que se demuestre que expresa opiniones racistas, xenófobas o antisemitas. Desde La Izquierda, la crítica al líder conservador fue más dura al calificarla de racista. Merz, dijo la diputada Clara Bünger, pretende “excluir y poner en la picota a determinados grupos de población, como los refugiados, y especialmente a las personas de confesión musulmana”.
Algunos analistas empiezan a recordar a los conservadores desde sus tribunas que también es necesario combatir el antisemitismo autóctono, y recuerdan que el último atentado contra la comunidad judía en Sajonia-Anhalt lo perpetró un ultraderechista. Hace cuatro años un hombre intentó entrar armado en la sinagoga de Halle en Yom Kipur —la máxima festividad judía— y, al no conseguirlo, asesinó a dos personas que pasaban por la calle. Durante el juicio declaró que su intención era matar al mayor número posible de judíos.
Desde el ataque terrorista de Hamás contra Israel, el 7 de octubre pasado, han aumentado los casos de demostración de odio hacia los judíos en Alemania, según datos de la Asociación Federal de Centros de Investigación e Información sobre Antisemitismo (RIAS, por sus siglas en alemán), que ha registrado 994 incidentes antisemitas hasta el 9 de noviembre pasado. De media, son 29 casos diarios, cuatro veces más que en 2022.
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