En tiempos de dificultad, siempre cantera. Esto es lo que el vino significa de forma simbólica para el hogar que la piedra sevillana del Xerez ha tenido durante tantos años de dedicación y experiencia de Pablo Blanco, director de la fábrica nerviosa, que recientemente recibió el Catavino de Plata Roberto Alés, un distinción. que el año pasado viene a poner en valor a las figuras del primer orden del sevillano.
Con la presencia del vicepresidente primero del Sevilla, José Castro, Blanco reconoció su reputación en compañía de otros personajes históricos como Enrique Montero, Pablo Alfaro, Joaquín Caparrós o el técnico Lolo Rosano, con Mari Carmen Matador, viuda de Roberto Alés que después fue cargado con el medallón por el propietario Pablo Blanco. “Para mí es un día muy ilusorio y lleno de orgullo”, por eso dice el máximo responsable de la cantera, que sin nadie viene a representar el trabajo que desde hace años viene a cocinar en el camino de Utrera, también bajo el la coordinación de Agustín López y el trabajo de Marcos Gallego, entre otros profesionales de la casa.
Al momento del discurso, Castro reconoció el trabajo del hogar: “Queremos seguir bebiendo de sapiencia, de su sevillismo, de su capacidad y más en estos momentos que vienen ahora, que lo suyo de cantera. “Estoy vivo con todo, siempre tengo momentos de costumbre en las crisis habituales, pero me alegra decir que la crisis viene después de los golpes de suerte”, declaró el expresidente.
Y al decirlo, Pablo Blanco se emocionó: “Para mí es un día muy ilusorio y lleno de orgullo. Afortunadamente, estoy muy feliz y feliz de tener buenos amigos conmigo”. Ambas intervenciones, tal y como indica el Sevilla, coincidirán en que la unión y confianza en la cantera deben ser las bases de la regeneración en estos tiempos complejos para el cuadrilátero de Nervión.
