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La justicia chilena reabre el ‘caso Neruda’, ordena investigar a un médico del Ejército y pide revisar el informe sobre la muerte del poeta

Una sala de la Corte de Apelaciones de Santiago ha resuelto este martes por unanimidad reabrir la investigación sobre las circunstancias de la muerte del poeta chileno Pablo Neruda, quien falleció en la Clínica Santa María, en el municipio de Providencia, el 23 de septiembre de 1973, 12 días después del golpe de Estado de Augusto Pinochet (1973-1990) que derrocó al presidente socialista Salvador Allende (1970-1973). El sumario de la causa, abierto durante casi 13 años para despejar si la muerte fue por causas naturales, cáncer de próstata con metástasis, o envenenamiento, fue cerrado el 25 de septiembre de 2023 por la jueza Paola Plaza, quien estimó concluidas todas las diligencias y optó por no dictar procesamientos.

Sin embargo, los jueces Martiza Villandangos, Elsa Barrientos y Jorge Gómez han considerado que la investigación no está agotada y han ordenado la realización de siete diligencias “que podrían aportar al esclarecimiento de los hechos”, según indica el fallo. Entre ellas, un peritaje caligráfico al certificado de defunción del poeta; la realización de una metapericia o nuevo peritaje que revise las conclusiones del panel de expertos de las universidades de McMaster y Copenhague que intervinieron en la causa; y el interrogatorio del médico y oficial en retiro del Ejército Arriagada Rehren, quien fue condenado en 2021 por el asesinato del locutor de radio y simpatizante comunista Archivaldo Morales —se le inyectó un compuesto de dipiridamol para provocarle un infarto—. Además, se decretó que la Policía de Investigaciones haga un peritaje de regresión de edad de Arriagada para establecer cómo era en 1973.

El premio Nobel, cuyo nombre real era Neftalí Reyes, padecía un cáncer de próstata con metástasis, que fue la causa oficial de su muerte durante 38 años, pero en 2011 su exchófer, Manuel Araya, quien murió en junio de 2023, aseguró en una entrevista a la revista mexicana Proceso que había sido asesinado por una inyección letal en la clínica. Ese año, el Partido Comunista (PC), en el que militaba el poeta, presentó una querella que derivó en una indagatoria que estuvo 13 años abierta, y ha sido el mismo partido, junto a la abogada Elisabeth Flores y Rodolfo Reyes, sobrino del escritor, quienes pidieron a la Corte la reapertura del caso, que ha sido concedida tras los alegatos que se realizaron el lunes.

En el caso han participado tres paneles científicos, que han llegado a conclusiones divergentes: el primero, con forenses del Servicio Médico Legal (SML) chileno, confirmó en 2013 que la causa de la muerte Neruda fue el cáncer con metástasis. En 2017, expertos internacionales encontraron, tras una prueba pericial a un molar del poeta, una sustancia tóxica, Clostridium botulinum, pero no se determinó cómo llegó a su cuerpo. Asimismo, los especialistas cuestionaron el certificado de defunción, que señala como causa de muerte la “caquexia cancerosa”, lo que implicaba que el escritor debía estar con desnutrición extrema, pero una prueba a su cinturón mostraba que la marca donde lo abrochaba correspondía a una persona de unos 90 kilos de peso.

En febrero de 2023, un tercer panel de expertos concluyó, según ha dicho a EL PAÍS el abogado del PC, Manuel Luna, que la cepa de Clostridium botulinum hallada en el cuerpo de Neruda “pertenecía a la bacteria Alaska E43, la más mortífera de este tipo”, y que se determinó que “era por una causa endógena, es decir, que estaba en el cuerpo de Neruda antes de fallecer”. Sin embargo, precisó que como ese solo antecedente “no permite, desde una base técnico-científica, afirmar que fue asesinado”, pidieron a la Corte una metapericia, la cual fue aceptada.

Peritaje caligráfico y nuevo interrogatorio

En el caso del certificado de defunción del poeta, los querellantes han cuestionado, además de la causa de muerte, caquexia cancerosa, la caligrafía, que contiene letras manuscritas distintas. Si bien ya se habían realizado peritajes al respecto, insistieron ante el tribunal superior la realización de nuevas pruebas, específicamente, sobre la firma que está estampada en el documento oficial en 1973, la del médico tratante de Neruda, Roberto Vargas Salazar.

En el certificado, en vez de Salazar, dice Zalazar, lo que fue cuestionado por los querellantes. La Corte ha concedido el nuevo peritaje, pese a que en la investigación, por la que han pasado dos jueces, Mario Carroza y Paola Plaza, se había dado cuenta de que el médico solía firmar de las dos maneras su apellido.

Respecto a Arriagada Rehen, aunque ya había declarado en la causa, ahora volverá a ser citado. Según el abogado Manuel Luna, su nombre fue mencionado por una enfermera de la Clínica Santa María. Sobre él, la Corte de Apelaciones ha ordenado que sea interrogado “sobre su trabajo de inteligencia en base al Clostridium botulinum y se le expongan los sucesos idénticos por los que fue condenado respecto de la víctima Archivaldo Morales Villanueva”. Además, los jueces pidieron a la Brigada de Derechos Humanos de la Policía de Investigaciones realizar un análisis sobre el expediente completo del asesinato del locutor “con el objeto de establecer si existen similitudes” entre los hechos que originaron el caso Neruda.

Los médicos que estuvieron en la Clínica Santa María cuando murió Neruda sigue siendo uno de los grandes misterios del caso. Quien abrió esas sospechas fue Sergio Draper, quien falleció en 2022. Fue el profesional que dijo, ante el juez Carroza, que entregó el turno a otro médico, al que no había visto antes, y que identificó como un tal “doctor Price” o Prize. Señaló que era alto, rubio y de piel blanca.

Con esos datos de Draper, en 2013 la policía elaboró un retrato robot. Además, se inició una búsqueda que no dio resultados, pues ni en la clínica ni en el Colegio Médico de Chile ni en las escuelas de medicina del país se encontró a alguien con ese nombre o apellido.

Tras la reapertura del caso Neruda, la Corte de Apelaciones ordenó también otras diligencias: el interrogatorio a Peter Kornbluh, director del Proyecto de Documentación de Chile y analista especializado en Chile del Archivo de Seguridad Nacional estadounidense, con sede en la Universidad de George Washington, quien lleva años analizando los documentos desclasificados sobre la injerencia de Estados Unidos en el derrocamiento del Gobierno socialista de Allende y su apoyo a la dictadura dePinochet.

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By Otilde Pedroza Arredondo

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