El Museo del Prado ha revisado casi 27.000 fichas de cuadros en su web y unas 1.800 cartelas de piezas expuestas en sus salas para eliminar el término “disminuido” y determinadas referencias físicas de los personajes de sus obras. De esta manera, explican fuentes del museo, cumplen “con el papel social y cultural de ser ejemplo cuando se alcanza un consenso político que se convierte en norma”. Es decir, el Prado se adelanta a la aprobación, previsiblemente entre el 16 y 18 de enero, de la reforma del artículo 49 de la Constitución por la que se eliminará el término “disminuidos” y se sustituirá por el de “personas con discapacidad”, en cumplimiento del acuerdo alcanzado el 22 diciembre por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo.
Los primeros cambios —en el useo recuerdan que es un proceso en desarrollo— se han realizado en ocho cartelas que el equipo de Documentación liderado por Ana Martín ha considerado que no se adaptaban al cambio constitucional.
Dos ejemplos claros.
El príncipe don Carlos, de Alonso Sánchez Coello
En el texto de la cartela donde decía: “… para encubrir la deformación de su espalda”. Ahora simplemente pone: “… para encubrir su espalda”. En este caso se ha eliminado una referencia a un aspecto físico que no aportaba mayor información sobre el retratado.
Brígida del Río, la barbuda de Peñaranda, de Juan Sánchez Cotán
Donde decía: “… obras que dejan constancia del interés paracientífico y morboso por lo anormal o desviado de la naturaleza…”. Ya se lee: “… obras que dejan constancia del interés paracientífico de su naturaleza …”.
El término enano y sus derivados son la muestra de la complejidad de la tarea a la que se enfrenta el Prado. Al escribir esta palabra en el buscador del museo todavía aparecen 61 resultados solo de cuadros colgados en sus salas o guardados en sus almacenes. En algunos casos, se trata del título de la obra, que no se puede modificar si es “histórico”, explican en la pinacoteca. Ponen como ejemplo El maricón de la tía Gila, un grabado cuyo nombre escribió a mano el propio Goya. El príncipe Felipe y el enano Miguel Soplillo y Retrato de un enano sí se han cambiado: en el primer caso, eliminando el adjetivo a Miguel Soplillo; en el segundo, se ha sustituido por bufón.
“Hemos tenido un fallo en el servidor y los cambios que habíamos hecho no se han cargado, este jueves deberían aparecer”, apuntan las mismas fuentes para tratar de explicar, por ejemplo, el caso de Eugenia Martínez Vallejo, vestida, de Juan Carreño de Miranda. El texto de la cartela se ha modificado. Donde ponía: “… Para dejar recuerdo del fenómeno se encargaron a Carreño dos retratos. El que la muestra sin ropa subraya la deformidad mediante un juego…”. Ahora pone: “…Para dejar recuerdo de su aspecto se encargaron a Carreño dos retratos. El que la muestra sin ropa subraya su físico mediante un juego…”. Pero al buscar la ficha en la web del Prado sigue apareciendo una referencia al término “enano”, en concreto, sobre el trabajo del pintor: “Tras la muerte de Velázquez, Carreño (1614-1685) se reveló como su más legítimo continuador en la representación de los bufones y enanos que pululaban por la corte española”. No sucede lo mismo con la pieza Eugenia Martínez Vallejo, desnuda, en la que ya no aparece esta palabra ni en la ficha ni en la cartela.
En el caso de El Niño de Vallecas, de Diego de Velázquez, el cambio se ha efectuado. En el texto de la cartela donde ponía: “Además de enanismo padecía ‘cretinismo con oligofrenia’…”. Ahora dice: “… Además de acondroplasia padecía ‘cretinismo con oligofrenia’…”.
En la ficha que aparece en la web se puede leer que “Francisco Lezcano era natural de Vizcaya. […] Además de por su acondroplasia, era apreciado por su discapacidad intelectual, que ha sido diagnosticada como cretinismo con oligofrenia”. Se le define como parte “del nutrido grupo de bufones y personas con discapacidad que poblaban la corte española desde el siglo XVI, y que con sus discapacidades físicas y mentales, sus golpes de ingenio y sus desgracias entretenían los ocios de una sociedad convencida de que cada individuo desempeñaba un papel concreto en el mundo”.
En El bufón el Primo, también de Velázquez, la modificación en la cartela queda así. De: “… es este uno de los retratos de enanos de Velázquez en los que hay una relación…”. A: “… es este uno de los retratos de Velázquez en los que hay una relación …”. En la ficha se describe que es un “retrato sedente, con las piernas hacia el espectador, subraya la baja estatura del personaje, cubierto con una indumentaria de rico cromatismo, en la que destacan los rojos y los verdes”.
Un trabajo que continúa
Javier Portús, jefe de Conservación de Pintura Española hasta 1800 del Prado, planteaba en la misma mañana de este miércoles a los responsables del museo otros posibles cambios que afectan a las salas y que desde la pinacoteca aseguran que se realizarán este jueves. Por ejemplo, el cartel general de la 15 actualmente se titula: Velázquez: enanos y bufones, y el experto sugiere que se sustituya por Velázquez: los bufones. Portús también aconseja que la cartela del cuadro Bufón con libros que dice: “Uno de los enanos de palacio posa con un libro abierto cuyas grandes dimensiones subrayan su pequeñez”, pase a especificar: “Uno de los bufones de palacio posa con un libro abierto cuyas grandes dimensiones sirven para establecer un juego de escalas”.
Y añade otro caso: el cuadro Pablo de Valladolid ahora está explicado con la frase “Formaba parte del personal al que se conocía entonces como ‘hombre de placer’, y que incluía a enanos, locos, bufones, etc.”. Portús propone: “Formaba parte del personal al que se conocía entonces como ‘hombre de placer’, y que eran parte importante del paisaje social cortesano”.
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