El secretario de Gobierno de Guerrero, Ludwig Marcial Reynoso Núñez, ha asegurado que denunciarán a la policía comunitaria por haber armado a un grupo de 20 niños con rifles. Las imágenes de los menores de edad circularon esta semana después de que le tomaran protesta como miembros de las autodefensas en Ayahualtempa. La policía comunitaria de la zona, un cuerpo armado conformado hace 28 años por pobladores de 16 municipios del sureste de Guerrero e integrantes de la Coordinadora Regional de Autoridades Comunitarias y Pueblos Fundadores (CRAC), tomó la drástica medida después de que secuestraran a cuatro miembros de la comunidad nahua. Acusaron además inacción de las autoridades ante el avance del crimen organizado en el área.
“En el tema de los niños, vamos a presentar las denuncias correspondientes”, ha señalado Reynoso Núñez la tarde de este miércoles ante los medios de comunicación, después de la toma de protesta del nuevo secretario de Seguridad estatal, Rolando Solano Rivera. “Nadie puede atentar contra los derechos de los niños. Armar a los niños no es una estrategia adecuada, me parece que por tomar esta estrategia mediática están equivocados y haremos las denuncias correspondientes”, ha agregado el funcionario.
Las imágenes impactaron a un Estado que atraviesa una crisis de violencia grave, y que se ha intensificado en las últimas semanas. Como si de militares se tratara, se escucha en un video a un adulto gritarle a los 15 varones y cinco niñas de entre 12 y 17 años formados en una cancha deportiva que se mantengan firmes. Los niños, con el rostro tapado, responden. Luego elevan el arma que tienen en las manos y la colocan en sus hombros. Algunos de ellos con suerte alcanzan el metro de altura. Todos van vestidos con una camiseta verde militar, con la leyenda “Policía comunitaria”. No han sido los primeros niños en sumarse a las autodefensas en México, pero cada vez que se promociona un nuevo plantel de menores de edad, la sociedad y las redes sociales estallan.
La policía comunitaria de esta región ha hecho frente desde hace varios años a los cárteles de la droga y las organizaciones delictivas que operan allí. El último conflicto que sufrieron fue el secuestro de un matrimonio y sus dos hijos el pasado 19 de enero, cuando la familia se encontraba trabajando con su ganado. Los pobladores han asegurado que se trató de un acto perpetuado por Los Ardillos, uno de los grupos delincuenciales que se disputa el narcotráfico en ese Estado. Los operativos de las fuerzas estatales y federales no han logrado dar en siete días con los secuestrados, lo que ha empujado a CRAC a tomar medidas y quejarse públicamente, según han explicado.
Reynoso Núñez ha asegurado, en respuesta a las quejas por cómo se gestionó el secuestro, que han estado enfocados en encontrar a las cuatro personas. “Desde el primer momento en que tuvimos la noticia se iniciaron las acciones de búsqueda. No podemos dar a conocer abiertamente las acciones que se están realizando porque se requiere de una estrategia. Pero, se está trabajando con ellos”, ha dicho.
El crimen organizado no ha parado de asediar a algunas comunidades en Guerrero, cuyo secretario de Seguridad renunció este jueves —alegando problemas médicos— en medio de la crisis. Dos grupos de la delincuencia, La Familia Michoacana y Los Tlacos, paralizaron esta semana el pueblo turístico de Taxco, tras el asesinato de un chofer del transporte público y el homicidio de dos policías de la Fiscalía estatal, cuyos cuerpos fueron hallados junto a una carretera el miércoles. Acapulco, que aún se recupera del huracán Otis, pasa por una situación similar. Desde hace semanas cuenta con un transporte público a medias porque los trabajadores, cansados de la violencia y las amenazas, no quieren volver a sus puestos. La noche del miércoles también fueron asesinados a balazos el exalcalde de Atlixtac, Marcelino Ruíz Esteban y su esposa, mientras viajaban por la carretera.
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