Por primera vez en la contienda entre Israel y Hamás, un envío de ayuda humanitaria con destino a la franja de Gaza ha zarpado por mar desde la isla de Chipre en la mañana de este martes. A las 07.18 horas de Chipre (06.18 en la España peninsular) unas 200 toneladas de alimentos de la organización humanitaria World Central Kitchen (WCK), fundada por el cocinero español José Andrés en Estados Unidos, han partido desde el puerto de Lárnaca a bordo del buque de la ONG española Open Arms. Con esta misión conjunta queda oficialmente inaugurado el corredor marítimo apoyado en la última semana por la Unión Europea, EE UU y el Reino Unido con el que se espera poder aliviar en parte la crisis humanitaria que golpea a los gazatíes, víctimas de la guerra y del bloqueo que impone Israel a la entrada por tierra de ayuda en el enclave palestino.
El remolcador tiene que recorrer 210 millas náuticas (unos 380 kilómetros) hasta las costas palestinas, donde la infraestructura para el desembarco y el reparto entre la población será el siguiente reto. Para facilitar la llegada a tierra de los paquetes, se está construyendo un espigón, según confirma WCK, con restos de los bombardeos israelíes, que han afectado a más de la mitad de los edificios de la Franja.
La misión conjunta de WCK y Open Arms ha sido bautizada como Operación Safeena (barco en árabe). El chef español ha asegurado que, al mismo tiempo que el remolcador se dirige hacia Gaza, allí sigue en marcha la construcción de un embarcadero para recibir el cargamento. Desde ese punto, el personal de su ONG lo trasladará a camiones y estos se dirigirán a las 60 cocinas que WCK ha desplegado en la Franja, con las que ya han repartido 35 millones de menús, así como a otros puntos de reparto de ayuda. “¡Podemos fracasar, pero el mayor fracaso será no intentarlo!”, ha celebrado en sus redes sociales.
No obstante, los detalles sobre la ruta que seguirá el barco, el momento y el lugar al que llegará y la forma en que se transportará la mercancía desde la plataforma hasta tierra firme no se van a difundir por razones de seguridad, ha indicado Laura Lanuza, portavoz de Open Arms. “No podemos dar detalles, la operación ha quedado sellada desde este momento y hasta que vuelvan a Chipre”, ha confirmado Lanuza.
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La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha confirmado este martes que con la salida del Open Arms, la UE ha activado el Mecanismo de Protección Civil para coordinar el envío de ayuda humanitaria a Gaza a través del corredor marítimo humanitario, y ha animado a todos los Estados miembros a que “contribuyan con sus medios”. “Este corredor marítimo podría garantizar un flujo sostenido, regulado y sólido de ayuda a Gaza”, ha dicho ante el Parlamento Europeo.
Von der Leyen ha recordado que es la primera vez que Israel autoriza a un barco entregar ayuda en la Franja desde 2005, cuando este país impuso un bloqueo por tierra, mar y aire sobre el enclave a raíz de que el grupo islamista Hamás tomase el poder. “La situación sobre el terreno es más dramática que nunca, y ha alcanzado un punto de inflexión. Todos hemos visto los informes de niños que mueren de hambre. Esto no puede ser, y debemos hacer todo lo que esté en nuestra mano para detenerlo, desde paracaídas a contenedores, para permitir un suministro estable y significativo de ayuda a Gaza”, ha concluido.
La creciente hambruna tras más de cinco meses de guerra hace que las labores de distribución de la poca comida que llega a Gaza sean caóticas porque son muchos los que se acercan desesperados a recogerla. La principal muestra de la situación reinante es lo ocurrido durante la conocida como matanza de la harina el pasado 29 de febrero. Ese día, más de 100 personas murieron en torno a un convoy al sur de Ciudad de Gaza en un incidente en el que las tropas israelíes de ocupación dispararon a personas que, en medio del caos, trataban de hacerse con los sacos.
Se trata de “una misión de alta complejidad y que confiamos sea la primera de muchas que logren paliar la situación de emergencia humanitaria que vive la población”, destacó Open Arms al anunciar este martes en redes sociales la salida del puerto. Las imágenes muestran al barco con una plataforma flotante añadida al costado de babor del barco para aumentar su capacidad de transporte, lo que hace que la navegación sea muy lenta. Calculan que eso puede demorar el viaje entre dos y cuatro días.
La carga contiene arroz, harina, judías, lentejas, latas de atún y otros alimentos no perecederos y de alto contenido proteico. Va embalada en unos fardos negros en los que se distingue el logo de WCK y la bandera de Emiratos Árabes Unidos, principal financiador de esta misión, creada e impulsada desde hace semanas por las dos ONG: Open Arms por la parte técnica, diseñando un plan que permitiera desembarcar la ayuda en Gaza sin que su tripulación pise tierra —condición sine qua non de Israel— y WCK por la parte diplomática, buscando apoyos y resolviendo permisos.
“La idea loca fue enviar allí el barco; con este allí yo ya podía tener el apoyo moral de decir ‘no vamos de broma, vamos a ir a Gaza’. Por eso fui a Jordania, fui a Israel…”, explicaba José Andrés el pasado sábado. “Lo mejor de todo es que hemos conseguido que [el ministro de Exteriores británico, David] Cameron, [el presidente de Francia, Emmanuel] Macron y el presidente [de EE UU, Joe] Biden anuncien que van a impulsar este corredor marítimo. Pero es que aunque no vayamos, ya hemos conseguido que la comunidad internacional se active, que es lo que tenía que haber hecho hace 90 días”, celebraba.
El Open Arms tenía su salida prevista el pasado sábado, pero se retrasó por las condiciones meteorológicas. El lunes por la noche, un portavoz del Ministerio de Exteriores de Chipre indicó a EL PAÍS que la salida era inminente. “Por nuestra parte ya está todo listo y se han realizado todos los trámites. Es un primer envío, por lo que hay muchas cuestiones que afectan al momento final de salida. Esperamos que salga lo antes posible”, añadió.
El corredor marítimo ha sido aplaudido por las propias autoridades israelíes, pero son estas las que, al mismo tiempo, impiden que la ayuda llegue a Gaza por la vía más accesible y barata, la terrestre. Israel controla todo cuanto entra en la Franja, bajo su dominio por tierra, mar y aire.
Gaza cuenta con hasta siete pasos fronterizos; seis de ellos separan el enclave de Israel y uno, de Egipto. Desde el comienzo de la guerra solo dos de esos puntos se han habilitado parcialmente. Por un lado, el de Rafah, que separa Gaza de territorio egipcio. Por otro, el de Kerem Shalom, el territorio israelí, pero ubicado junto al vértice en el que confluyen la Franja, Israel y Egipto.
Hay otros cinco pasos (Erez, Karni, Nahal Oz, Sufa y Kissufim) que no están siendo empleados para que llegue ayuda humanitaria a los ciudadanos gazatíes. El de Erez se encuentra a una treintena de kilómetros del puerto de Ashdod, a cuyas instalaciones llega parte de la ayuda destinada a Gaza, pero que es bloqueada, como en Kerem Shalom, por grupos ultras israelíes que defienden la asfixia humanitaria de los palestinos como herramienta para ganar la guerra.
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