Descuentos, promociones en línea, tiendas que se desbordan con largas colas y mucha ansia de comprar. Así es el ambiente del Black Friday que no suele compenetrase con el mundo de los libros, que mantienen un precio inamovible, regulado por la ley de precio fijo en España, y con las librerías amenazadas por el comercio electrónico. Para no quedar fuera de la fiesta, una serie de actividades (charlas, recomendaciones de libros, talleres) revalorizan este viernes la vida y trascendencia de los objetos frente al consumismo salvaje, en un evento que se ha bautizado como Book Friday, organizado por la Asociación Soy de la Cuesta y diferentes libreros.
“Borges tiene un poema dedicado a las cosas [Las cosas, 1969] que termina diciendo algo así como que las cosas no sabrán que nos hemos ido y no nos olvidarán. Pensé en cómo han envejecido esas palabras porque ahora las cosas se van mucho antes que nosotros”, cuenta Gisselle Etcheverry, comisaria del Book Friday. El evento funciona como un “almacén de historias del mundo material en la literatura” y los encuentros han sido divididos en “departamentos” que hacen un paralelismo con los artículos que más se compran en el Black Friday. Así, existe un departamento de tecnología, que tendrá a Rodrigo Fresán y a Marta Fernández; uno de decoración y enseres domésticos con Berta García Faet y Sergio C. Fanjul; otro de juegos, videojuegos y juguetes que conducirán Víctor Balcells y Marta Trivi; y uno de moda y cachivaches en el que se encontrarán Sofía Nieto y Raquel Peláez. Además, se discutirá la influencia de España en el trabajo de Ernest Hemingway, el escritor Lawrence Weschler llega desde EEUU para hablar con Sergio del Molino y Gonzalo Escarpa impartirá el taller La poesía de las cosas. El programa completo se puede consultar en la página del evento.
“Es una oportunidad para contraponer la esencia del Black Friday que es la obsolescencia programada. Defendemos los libros sin descuentos y creemos que esta es una forma de que los escritores se acerquen de una manera oblicua a descubrir nuevos títulos”, apunta la fundadora y directora de Soy de la Cuesta, Lara Sánchez. De cada una de las charlas o departamentos saldrá una lista de recomendaciones compuesta por diez obras disponibles en las librerías del Eje de las Letras (recorrido desde la Cuesta de Moyano hasta el Barrio de las Letras). Las personas que compren un libro el viernes entrarán al sorteo de un lote de libros valorado en 250 euros. “Queríamos aprovechar la ocasión para hablar acerca de cómo consumimos, lo que nos devuelven los objetos que compramos, que cada vez se parecen más por su producción en masa”, complementa Etcheverry.
Las sedes de los encuentros tratan seguir el tema que albergarán. Por ejemplo, el de moda se realizará en la diseñadora de zapatos artesanales Calzados Franjul y el de decoración en la tienda de bellas artes Corzón. En este último, uno de los participantes es el periodista y escritor Segio C. Fanjul, que apunta: “Este evento demente del Black Friday comenzó con la tecnología, pero solemos pensar que la tecnología es solo el gadget electrónico. El libro también es una tecnología muy antigua y muy difícil de superar. No solemos tenerlo en cuenta”.
Esta invasión de la literatura a la algarabía del comercio se sentirá también en las calles. La poeta y traductora Helena Mariño ha preparado “citas sonoras”, cápsulas con fragmentos de los libros de las listas que sonarán en los alrededores de los Ejes de las Letras. Mariño ha escogido una obra para cada uno de los departamentos: para el de tecnología eligió Frankestein (1818) de Mary Shelley; para decoración optó por Mudanza (2021) de Verónica Gerber; para moda se decantó por Agua y jabón (2022) de Marta D. Riezu; y en el de juegos optó por El homo ludens (1938) de Johan Huizinga. “Como los audios no solamente son lectura, sino que van acompañados de un paisaje sonoro, de unos efectos, escogí partes que tuvieran sentido para eso. En Agua y jabón, por ejemplo, hay una lista que me interesaba para frases cortas, una detrás de otras”, sostiene Mariño.
La autora de Los bañistas defiende que la literatura no solo se lee, también se escucha, tanto para los lectores como para los creadores. “No conozco a ningún poeta que no lea sus poemas en voz alta para ver qué tiene que corregir y cómo suenan. Tengo horas y horas de grabaciones de mí misma con mis propios textos para saber cómo se escuchan y qué tengo que cambiar”, asegura la poeta que rescató una carta del esposo de Mary Shelley, Percy, para darle un prólogo al fragmento de Frankenstein.
Los objetos también cobran vida en la actividad dedicada a Hemingway, pero en este caso para viajar al pasado, a 1929 cuando llegó a Madrid. La habitación 7 del Hostal Aguilar recibirá a curiosos que quieran conocer el espacio que inspiró en parte el cuento La capital del mundo. Más tarde, se llevará a cabo Escribir a puñetazos que reunirá al escritor Juan Tallón, al actor Carlos Bardem y a la cineasta Paula Ortiz, conducidos por Javier Rioyo, director del Instituto Cervantes de Tánger.
“No se pueden entender las principales obras de Hemingway sin la presencia de España. Llega en 1923 a Pamplona y se queda enganchado con los toros en San Fermín. Cuando llega a Madrid dice que es la trinchera del mundo contra el ascenso del fascismo, encuentra una contradicción entre lo cruel de la guerra y la alegría de Madrid, en los bares, principalmente en El Chicote”, explica Rioyo. El académico cree que en una fiesta de la literatura como de la mañana no puede faltar el taurino, quien, de forma indirecta o directa, moldeó a “todos los escritores que prescinden de lo retórico y apuntan a lo directo, a puñetazos”.
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